⬤ rifirrafes
⬤ rifirrafes
⬤ rifirrafes
rifirrafes
⬤ rifirrafes
⬤ rifirrafes
⬤ rifirrafes
⬤ rifirrafes
⬤ rifirrafes
rifirrafes
⬤ rifirrafes
⬤ rifirrafes
Autopías utiliza el video digital para trazar sobre una superficie la imagen profundizando en como se producen cambios cromáticos según la interpretación lumínica que hacen los CCDS de la cámara por la ausencia de luz. Como la tecnología puede llegar a percibir la luz en condiciones extremas y como trabaja en estos límites lumínicos. A partir del trabajo video gráfico nacen una serie de piezas pictóricas que ayudan a una reinterpretación del imaginario que genera la idea de viaje para convertirse en ficción documental.
Todo empezó por un interés por los lugares de tránsito: aeropuertos, andenes, carreteras… de los que tomaba y editaba un gran numero de fotografías. Inconforme en captar momentos aislados de la totalidad, Ramon Suau poco a poco empieza a experimentar con el trabajo en video, que le permite no tomar decisiones tan precipitadas, para así testimoniar el viaje en sí, no solo la búsqueda de lugares y acontecimientos, sino centrarse de forma genuina en el movimiento y en la luz (o su ausencia) creando una sensación de real irrealidad, de borrosa nitidez.
El paso por la pintura convierte, necesariamente, lo testimonial de lo video gráfico en ficción, pero ficcionada es siempre la mirada atrás a los paisajes de la memoria.
Rifirrafes es el sonoro epígrafe de esta serie, sucesora de Autopías donde Ramon Suau ya presentaba una serie de pequeñas piezas donde se divisaba, como breves vistazos al espejo retrovisor del coche, mucha parte del imaginario fecundo que ahora podemos ver en el actual proyecto. Como las luces siempre no del todo muy calibradas de los automóviles que se cruzan en una noche lluviosa, tal como pasa en los sugerentes créditos iniciales de Blood simple de los hermanos Coen, aquellas pequeñas piezas aparecían como flashes dentro de la vorágine iconográfica del conjunto.
El inevitable Jack Kerouack, permitiéndose una cierta debilidad poética en medio de su descarnado On the Road, «no osaba bajar la ventanilla del coche por miedo a que se perdiera, dentro de la puerta, aquel paisaje reverberante y bochornoso y apareciera otro de nítido, pero frío como el aire acondicionado». Las imágenes de los Rifirrafes de Ramon Suau, parecen haber captado mucha parte de esta sensación. Con manchas generosas de pintura se nos presentan imágenes donde la memoria, el movimiento y la magia se mezclan en una extraña y feliz distorsión.
Rifirrafes es como una Road-movie, género que combina la perfecta estructura de los clásicos (desde La Odisea de Homero a las acuarelas de Viaje de Turner) con el vértigo de la vanguardia (desde Los viajes de Gulliver de Johnathan Swift a Extraños en el Paraíso de Jim Jarmush), que nos invita a entrar y disfrutar de un nuevo viaje.