XAOH es un proyecto que pretende explorar los límites de la pintura y liberarla de la estructura del bastidor. Reflexionar sobre la toma de decisiones y el hecho creativo. Buscar la mirada videográfica de la pintura e indagar en la capacidad contemplativa del espectador frente a una pieza de vídeo. El white cube en el que se ha convertido el taller, un espacio neutro y aséptico, incrementa el dilema de decidir qué mostramos y qué no. Pero en este proceso curatorial se obvia mucha información potencialmente pieza. El proyecto XAOH busca precisamente trabajar con esta información desusada que queda fuera. Que el taller sea realmente neutro por desconocido, haciendo más consciente todo este proceso de selección.
Las obras de Ramon Suau se configuran únicamente por la interacción del vídeo con la pintura, lo que ya conlleva en sí una pérdida de información. Le interesa jugar con los cambios de formato utilizando un lenguaje que no es propio del medio, y explorar los cambios de resolución. Las piezas se originan en grabaciones fílmicas de paisajes urbanos desde un vehículo en movimiento, en unas condiciones de luz determinadas y bajo unas premisas temporales concretas. Pretenden así crear un mapa psicogeográfico que capta una secuencia temporal justo antes de un momento de cambio. Este proceso permite acotar temporalmente la realidad y generar todo el trabajo pictórico posterior.
Con la irrupción de la fotografía y el vídeo digital grabamos cualquier situación por absurda que parezca. Hemos conocido así toda una zona spam de la realidad, que puntualmente no nos aporta nada, pero ha aparecido delante del objetivo redefinida en producto estético. En sus obras se nutre de cierta estética del error o drops y acentúa y modula las características específicas de la imagen electrónica en su pintura. Se crean así dos niveles de lectura. En un primer momento la pieza funciona como instalación, pero el espectador se siente atraído y es inevitable que se aproxime a pocos centímetros de la pieza para observar todos los detalles. Lo que pretende es “zoomear” la realidad y que el espectador tenga desde el principio una sensación de real irrealidad, de borrosa nitidez. El espectador sirve de pantalla y es, al final, quien elabora la imagen.